miércoles, 24 de marzo de 2010

Entrevista a Salvador Carreras- Miembro fundador de la AEM


Socio Fundador y 1er Secretario General de la Asociación Española de Mantenimiento .
Director Técnico de Talleres Petit, S.A.


Un poco de historia
Nací en Badalona en el 47, al lado de las actuales tres chimeneas, en un chalet para ingenieros de la desparecida S.A. Cros. Mi padre era ingeniero químico. A los 7 años ya conducía máquinas de tren diesel, tractores y otros artilugios mecánicos. La fábrica ocupaba un buen número de hectáreas. Controlarme era difícil, y siendo entonces un gamberro en potencia, se decidió internarme en La Salle de Figueres, ciudad cosmopolita ya entonces, y de donde era mi madre. Allí coincidí ocho años, con Lluis Mª Llach, desde el primer día, hasta que nos fuimos. El “Preu” lo hice en La Salle Bonanova.
Luego la Escuela Industrial de la calle Urgell. Ingeniero Técnico Eléctrico. Entre medio, dos veranos en el campamento de Los Castillejos y finalmente, cuatro meses de riguroso invierno en Astorga.
Y a trabajar. Primero y para formarme, en regulación y control, S.A. Cros me introdujo en Junyent y Bofill. Luego un período de prácticas en Electroquímica de Flix, y posteriormente en la fábrica donde había nacido y ya como responsable del Taller Eléctrico y de Instrumentación.
Allí conocí a Vicente Valencia, Gerente de T. Petit, y a Fernando Martínez, comercial él, de los que ya no quedan. Nos reparaban los motores eléctricos. Me ilusionaron y me fui con ellos. Era el año 71. En el 77 ya fui capaz, junto con otros, de crear la Asociación Española de Mantenimiento, y ocuparme de la dirección técnica de Petit.
En Petit aún sigo. En la AEM, de la que fui su primer Secretario General, estuve en este “encargo” 26 años. Ahora estoy en el Consejo Consultivo, es decir, no estoy.
El pasado octubre y a traición, fui nombrado Socio de Honor de la AEM. Me habían precedido, Vicente Valencia y Salvador Gabarró, este último, entonces gerente de Cia Roca Radiadores.
Muchas horas con D. Juán Antón Maragall i Noble, en la Sala Parés de la calle Petrixol. Aprendí mucho sobre arte. Me propuso para miembro del jurado que otorga cada año los premios de pintura joven.
Y como que aún quedaba tiempo, empecé a organizar los encuentros de Pintura y Gastronomía, el último en “La Boquería”, coincidiendo con su nombramiento como el mejor “mercado municipal” del mundo.
Tengo cuatro hijas, Ana, Clara, Marta y Alba, y dos nietos, Alejandro y Biel. (Hoy 06/09 hay que añadir a Jan)

Talleres Petit
Talleres Petit, desde 1880, es una empresa dedicada al mantenimiento y reparación de las máquinas eléctricas rotativas. Sobre las empresas del grupo Petit, yo destacaría, como pilares de su larga existencia, el espíritu de servicio, el conocimiento del oficio, y la honestidad y el juego limpio con sus trabajadores, clientes y proveedores. En Petit, más que capital humano, hay talento.


Entrevista
De entrada Salvador mi sincero agradecimiento por aceptar esta entrevista. Bien, empecemos. ¿Podrías decirnos, desde tu posición como Fundador y 1er Secretario General, que es y debe ser la Asociación Española de Mantenimiento?
Al principio y como “Comisión Gestora” era un “club” de entusiastas del mantenimiento. Reunión semanal, en la tarde noche, todos los lunes en la C/.Doctor Dou. Cava, jamón y queso, gentileza de Petit. Luego cena ligera en el restaurante Cal Ton. Y más de lo mismo. Queríamos “tecnificar” y “dignificar” el mantenimiento. Creo que se ha conseguido. El tiempo y las necesidades han conformado cambios constantes, que la han engrandecido. Hay que recordar que lideró la creación de la Asociación Iberoamericana de Mantenimiento. Y esos cambios seguirán como todo lo que está vivo. Será siempre el referente del mantenimiento en España.
¿Cómo y por qué se fundó AEM? ¿La necesidad del momento, en 1977, es válida en la actualidad o se enfocaría hacia otro contexto?
Cómo se fundó es largo de contar y en ello está su primer presidente José Luis Fabrés, recopilando, y supongo que en breve se publicará. La razón ya la he comentado antes: tecnificar y dignificar este oficio. Las necesidades del 77 ya no son las de ahora. Pero están, aunque muchos las oculten. Unos buscan y otros predican recetas que no existen. Hay que “reinventar” el mantenimiento para sacarlas a la luz.
Los técnicos en su sitio, con la orgánica sobre la mesa, y los que no lo son, al sótano, como los covachuelistas, con la visera y los manguitos.
Y allí, que gestionen “atmósferas”.
Recuerdo con mucho cariño cuando, allá por el año 1982, me convenciste para que me asociara a AEM y colaborará con la Junta. Y de ello hasta la fecha. ¿Era esta una de tus misiones específicas en aquel tiempo o lo hacías por que lo sentías?
En la Asociación hacía falta talento, diversidad y compromiso. Desde Petit tenía la oportunidad de conocer a muchos de los que se dedicaban a estos menesteres y que poseían estas cualidades. Así os pude engañar a ti, a Agustí Tresserra, a Antonio Jiménez, a Ernesto Verdera y a otros tantos. En tu caso en particular tenía claro que además me sucederías. No me equivoqué con ninguno.

Con tu siempre ponderada opinión y crítica constructiva, ¿cómo ves a AEM de cara al próximo futuro? ¿Qué consideras esencial en su organización para mejorar su proyección, no tan solo de imagen, sino de servicio?
Pasados los primeros años y después de discutir “ad infinitum” el “pro y la contra” del mantenimiento contratado, las actividades se han diversificado. Los comités sectoriales son una buena prueba de ello. Pienso que los peces chicos se pueden comer al grande y quizás no sea malo.
Hay que incrementarlos y potenciarlos.
Habrá que ser hábiles para mantener en todo caso a la AEM como “ente superior”, en donde todos tengan cabida.
El pasado mes de octubre de 2007 AEM celebró el 30 aniversario de su fundación y en el acto central del mismo te otorgaron el título de Socio de Honor. Un acto tan emotivo como merecido. ¿Qué representó para ti? Me consta que a todos los asistentes les llenó de satisfacción.
Juan Pedro Maza, prohombre del mantenimiento, me engañó. Me invitó a una cena conmemorativa del aniversario. Una oportunidad para ver a mi nieto, que aunque nacido en Barcelona, ya es madrileño, por aquello de la movilidad geográfica y los ascensos con “objetivos” incluidos. Antes de la cena se apiadó de mí y me comunicó lo de mi nombramiento como socio de honor. Rápidamente a la barra a pedir un “gintonic”
Tomé algunas notas entre plato y plato y fui capaz de hilvanar un breve parlamento, (era ya medianoche), que dicen estuvo bien. Tardé mucho en conciliar el sueño pensando en todo lo que pude haber dicho y no dije. El parlamento previo de Juan Pedro me emocionó. Un caso de inteligencia lateral, dijo.
Por descontado muy satisfecho, pero el mayor lujo hubiese sido que hubiesen estado allí, todos aquellos a los que quiero.
Tu trayectoria como Secretario General de AEM ha sido muy extensa y dilatada, tanto en tiempo, desde su fundación hasta la renovación de Junta del 2001, como en actividades. ¿Cómo recuerdas este tiempo? ¿Qué destacarías y qué cambiarías si pudieras?
Para recordar, tengo que pensar en ello, si quiero que adquiera dimensión. Como no suelo hacerlo, me parece muy lejano y breve. Total, 26 años.
Fueron muchas las personas a las las que conocí y muchos los eventos que se organizaron. Y tengo el recuerdo agridulce de que siempre, al terminar, me embargaba la soledad.
¿Qué cambiaría?,... nada. El tiempo que no dediqué a mis hijas ya es irrecuperable.
Imagino que con tantos años como Secretario General de AEM te habrás encontrado con situaciones pintorescas. ¿Tienes alguna anécdota o recuerdo entrañable que haya sido significativo para ti?
¿Anécdotas?. Si claro, tantas como eventos. Mayo del 86, Palacio de la Música de Barcelona. Celebrábamos el 8ª Congreso Europeo. Cenamos en el desaparecido teatro Scala.
De pronto, emergió de entre las mesas un “ramillete’ de chicas en “top les”.

La delegación China abandonó el local. Herencias de Mao Tse-Tung.
Y el famoso “velatorio” en A Coruña, cuando Juan Pedro Maza era el director de la refinería. Merece un artículo que ya publicaré algún día.

Célebre también el encuentro casual de un “afamado” y “maduro” representante de la Federación Europea, italiano él, mordiendo el cuello de una sorprendida y asustada azafata. Que mal rato pasé.
Esto confirma la vertiente erótica del mantenimiento.

¿Recuerdos entrañables?. Todos los que viví con los que ya no están. También de los que están, claro, y de los que tengo la suerte de seguir escuchando.

Eres una persona que hace culto de la amistad, me consta. Y se que guardas imborrables recuerdos de amigos que han pasado por la Junta Directiva o han colaborado con AEM y por desgracia ya no están entre nosotros. ¿Algún recuerdo en especial para ellos o de ellos?
Vicente Valencia fue mi maestro. De Enrique Moreu recuerdo la voz de mando. De Ernesto Verdera la sabiduría humilde. De Antonio Jiménez, el método, la perfección en todo. Al rebufo de todos ellos hoy me puedo considerar portador de una parte de sus conocimientos. Mi vida profesional no hubiera sido la misma. Y eso es “incuestionable”.
Mucho aprendí también de Luis Targueta, Arnold Ogus, Adriano Montero Leite,... Era como estar dentro de la “jet-set” sin haber pertenecido nunca a ella.Diría que toda o casi toda tu vida profesional la has dedicado a Talleres Petit. En la actualidad eres su Director Técnico. Por favor, ¿podrías hablarnos de tu trayectoria profesional, de Talleres Petit, de su evolución y planes de expansión?
Ciertamente hasta hace unos años he estado a caballo entre T. Petit y la AEM.
Ahora me dedicación a Petit es absoluta, aunque sigo colaborando puntualmente con AEM y la revista Mantenimiento. Hace ya 1 siglo, Petit tenía contratos de mantenimiento para el engrase de motores de pequeñas industrias y comercios. Hoy sus técnicos viajan por el mundo, en representación de Petit, de los grandes fabricantes y de empresas de producción europeas con fábricas en el extranjero.

Diagnóstico de averías, puestas en marcha, supervisión de trabajos, reparaciones “in situ”, inspecciones menores y revisiones mayores de los grandes grupos de generación de energía,...

La polivalencia y el espíritu de servicio son la base de esta expansión. El contrato indefinido, el salario adecuado al conocimiento y a la actitud, la formación continua y variada, son aspectos irrenunciables.
En estas condiciones la expansión se produce por si sola, pausada y sin perder el arraigo.

Nuestro oficio se ha diversificado y los trabajos clásicos de taller empiezan a perder la hegemonía de siempre a favor de los trabajos en el exterior. Pensamos que ha sido un acierto reparar máquinas, por debajo de su coste, sustituibles por nuevas, al objeto de dar trabajo a la gente joven para formarlos en lo que es básico en nuestro oficio. Podemos considerar que una parte de los talleres son centros de formación.

Cómo ves el mercado actual desde la posición de Empresa de Servicios? ¿Existe un buen entente con las Empresas Principales? ¿Puede mejorarse la relación?
En general, uno no se entiende demasiado bien con las Empresas Principales. En todo caso se entiende bien con las personas con las que trata, y no siempre con todas. Algunos actúan con prepotencia por el “logo” que les ampara, y aún no han asumido que la empresa externa es una prolongación de la suya. Y estoy hablando de aquellos que anteriormente ya mandé al sótano, y que a día de hoy ostentan el mando, que no el conocimiento.
En la industria en general la relación empeorará. Menos alegría. Los márgenes de unos y otros se reducirán. La necesidad creará más tensiones. Algunos se aprovecharán. Los otros competirán con malos modos. Al final
nadie saldrá ganando. Y conste que deseo equivocarme.

¿Qué opinas del Salón del Mantenimiento, Montajes e Instalaciones? ¿Es un acertado punto de encuentro entre oferta y demanda en su ámbito?
Es un punto de encuentro por el que circula aire fresco. Como debe ser, a orearse, puesto que allí se va, según dice el “jefe”, de vacaciones. Merecidas claro.
Los que no van, porque según ellos no les dejan salir, acaban perdiendo el color, se vuelven enjutos y enlutados, y el horizonte es ya la prejubilación.
El Salón en si mismo ya es conocimiento. El Salón es el reencuentro con uno mismo y con los demás. ¿No montamos el Belén todos los años?
Salvador, para finalizar. Tu experiencia en Mantenimiento, en la Asociación, en la vida profesional, etc. es muy intensa y extensa. ¿Serías tan amable de enviar “tu mensaje” a los responsables de Mantenimiento?Lo primero y más importante es el “amor” al oficio. El que no lo tenga que abandone. Hay otros campos en los que ejercer, con horario fijo y fines de semana libres.
Lo segundo adquirir los conocimientos suficientes para poder ejercer la autoridad.

Lo tercero, participar en esta “revolución de los técnicos” que desde hace tiempo vengo predicando.

La AEM y sus comités son un buen camino.

Y cuarto levantarse temprano, hacer bien el trabajo de cada día y no jubilarse nunca.

30 Aniversario fundación Asociación Española de Mantenimiento AEM

Nombramiento Socio de Honor a Salvador Carreras Cristina.
Más inforción aquí:
http://www.aem.es/SOCIOS/Cena%20celebracion%2030%20aniversario%20aem%20noticia.htm